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EL ANSIADO Y TEMIDO RETIRO DEL EJECUTIVO

  • rafovenegas
  • 26 may
  • 4 Min. de lectura

(por Rafael Venegas)


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El oxímoron del título encierra una gran verdad: los ejecutivos que pasan al retiro son cada vez más, están en mucho mejor condición física y mental y según la últimas tablas de longevidad, se estima que al menos vivirán un cuarto de su vida en esta condición. Sin embargo, a pesar de que casi todos lo esperan ansiosamente, la mayoría se ponen muy nerviosos a medida que la fecha se acerca. Es así como el ansiado retiro se convierte también en temido.

 

Obviamente que este artículo no está dirigido a los propietarios de empresas o negocios, cuyos retiros son totalmente diferentes, más complicados y probablemente nunca lleguen.

 

Todos los ejecutivos dependientes, por más importante que sea su cargo, están sujetos a una fecha de retiro por regulación, o por política de su empresa. Esto significa que tarde o temprano tendrán que enfrentar este gran cambio de vida.

 

Por eso es imprescindible que se preparen unos años antes, sobre todo en los dos principales frentes que los impactaran una vez retirados: el financiero y el psicológico. A pesar de esto, muchos prefieren ignorar este hecho creyendo que la buena situación que viven como ejecutivos no tiene caducidad. ¡Craso error!

 

Algunos si se preparan en lo financiero (ahorros, inversiones, rentas vitalicias), pero la gran mayoría no lo hace en el frente psicológico, siendo este de igual o mayor importancia. Hay que ser conscientes de que el cambio es fuerte, pero es parte de la vida y hay que saberlo enfrentar de la mejor manera.

 

Para estar preparados psicológicamente y que el golpe no sea tan drástico, es recomendable que unos años antes de la fecha, se haga un balance entre la fuerte rutina del trabajo ejecutivo con actividades de otro tipo, para que así el aterrizaje sea más suave: hobbies, deportes, lectura, escritura, docencia, arte, etc.

 

Hace poco vi una presentación de TED Canadá, dónde un grupo de ejecutivos retirados presentaron las conclusiones de un estudio que habían realizado sobre este tema, habiéndolo experimentado en carne propia. Aquí les resumo lo más importante:

 

Primero llegan a la misma conclusión de que la mayoría de los ejecutivos no se prepara para el retiro y los que sí lo hacen se concentran en el frente financiero y no muchos consideran el psicológico. Además, afirman que la mayoría enfrentan hasta cuatro fases post retiro y que sólo los que llegan a la cuarta son los que verdaderamente consiguen “Sacarle el jugo al retiro” (que es el título del estudio).

 

La primera fase: las vacaciones permanentes. La parte ansiada del retiro, sin rutinas, sin mayores responsabilidades, sólo hay que gozar y divertirse. Sin embargo, esta se desvanece rápidamente y la razón comienza a dominar a las emociones. Esta es la segunda fase: la confusión.

 

En esta se sienten desorientados y comienzan a ser conscientes de lo que han perdido: la rutina, el sentido de identidad, las relaciones establecidas en el trabajo, el apoyo administrativo, el propósito y lo más duro de todo: el poder.

 

Es la fase más traumática ya que genera ansiedad, depresión y hasta declive físico y mental. Por eso es imprescindible superarla al menor plazo posible y pasar a la tercera: ladecisiva. En esta fase se debe ser muy sincero con uno mismo, aceptar el cambio y contestar a la pregunta clave: ¿Qué debo hacer para que el resto de mi vida tenga sentido nuevamente?

 

Según el estudio, la respuesta a esa pregunta es: Hacer las cosas que me hacen sentir bien y evitar firmemente lo contrario. Para esto, lo más aconsejable es aplicar la “prueba y error” tenazmente, hasta conseguir la satisfacción. Parece simple, pero no lo es porque la gran mayoría se deja llevar por la inercia y trata de seguir haciendo lo que hacía en su vida ejecutiva, generando mayores frustraciones aún.

 

Hay que saber cortar la cuerda y reconocer que ya no son ejecutivos empresariales, ni jefes, sino personas en su cuarta etapa de la vida, con muchas competencias y experiencias valiosas y que deben encontrar la manera de transferirlas a través de actividades que les devuelvan la pasión y las ganas de levantarse de la cama con entusiasmo para cumplir con una rutina diferente pero reconfortante.

 

Los que lo logran, han conseguido pasar a la cuarta fase, que es la de reinvención y renovación total. Nuevo propósito. Nueva misión. Nuevo formato de vida.

 

Estas actividades, que involucran la transferencia de conocimientos y experiencias a otros generan mucha satisfacción. Entre ellas se incluyen ser director o consejero de empresas, mentor, asesor, coach, profesor, o el emprendimiento de nuevos negocios positivos. Diferente actividad y responsabilidad, pero gran satisfacción personal.

 

El retiro del ejecutivo puede ser muy frustrante, pero si es enfrentado de manera inteligente, puede brindar grandes satisfacciones personales en el último cuarto de la vida de quienes vivieron con un propósito y ritmo diferente.

 

¡Food for thought!

 

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2 comentarios

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Invitado
27 may
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Buena reflexión Rafael!! Gracias!! Abzs

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Invitado
26 may

como siempre.... ¡muy lúcido! yo pasé por las 4 fases al jubilarme.... gracias por recordarme que todo cambio importante de vida, provoca fases igualmente importantes que hay que conocer y transitar por ellas abrazándolas para aprender de cada una de ellas. Abrazo fuerte Rafael.

👍

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